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sábado, 11 de mayo de 2013




Una tarde en el Retiro




El pasado fin de semana, como tantos otros, salí a dar un paseo por el Parque del Retiro. Fue una magnifica tarde de primavera en la que el sol del atardecer clareaba sobre las piedras de las fuentes. La hierba de los prados estaba salteada por jóvenes que refrescaban sus espaldas al aroma de los tilos y las acacias.

Colocados por entre los setos, los florecidos árboles del amor bordaban de rosa los diferentes tonos verdes salpicaban el paisaje y la algarabía de los artistas callejeros completaban la banda sonora del paisaje.

Junto al templete de música, donde, en primavera, la orquesta municipal ameniza los domingos por la mañana, se encuentra la Casa de Vacas, pequeña sala de exposiciones en la se puede disfrutar de las muestras más sorprendentes.

La sorpresa del día fue Paula Varona. ¿Quién? Paula Varona es la artista que ha creado las obras de arte que se exponen en esta sala. La Exposición se llama Madrípolis y estará abierta hasta final de mes.

Cuadros al oleo con motivos madrileños: Gran Vía de día, de noche y bajo el manto de la nieve, la Cibeles, la calle Alcalá, los tejados del centro, el  Retiro. La profundidad del color y la claridad de la  luz  no son otra cosa que la prolongación de la mirada azul, tan limpia como profunda, que sonríe mientras firma las láminas que se venden por precios irrisorios. Si no podéis acercaros, siempre quedará internet:  www.paulavarona.es, y para muestra creo que esta imagen sirve de ejemplo.

            Para finalizar, quiero agradecer a Paula su agradable trato, su amabilidad y todas las sensaciones que pude disfrutar con la contemplación de su obra, además de su autorización para utilizar su nombre en esta reseña.
 
 
LuisCar, 10 de mayo 2013

 

 

jueves, 1 de noviembre de 2012

La noche de todos los Santos


Cuando se acercan están fechas, mediado el otoño y en especial en la noche del uno de noviembre, tenemos por costumbre recordar a quienes ya llegaron al final de su camino.

Puede que no haya pasado un día en todo el año en el que no hayamos tenido un momento de reflexión para pensar en su ausencia y en el vacío que han dejado en nosotros; pero en estos días además tenemos que demostrarlo; es la función social de la muerte.

-¿Cómo no vamos a limpiar su tumba?

-¡Sin flores parece que no nos acordamos de él!

Es  una paradoja que tantas almas libres terminen con sus restos, a la espera de la eternidad, en estrechos cubículos donde sólo han de esperar contadas visitas en fechas señaladas.

Una tumba no es sólo un punto de referencia donde poder expresar el dolor por la pérdida de nuestros seres queridos, es, además, un faro en la noche de nuestros sentimientos donde esperamos poder comunicarnos con ellos, o al menos, que reciban noticia del dolor que su marcha ha producido en nosotros.

Hay también otros espíritus libres que prefieren volver a la tierra convertidos en parte de los cuatro elementos clásicos: agua, fuego, aire y tierra. Éstos, que se encuentran flotando en el aire, nos cuidan, nos dirigen, tutelan nuestros actos y nos reprochan nuestras faltas. Debemos seguir esas pautas que nos indicaron cuando podíamos contar con su presencia, pues ahora que nos faltan, sabemos que la razón les asistía.

No me gusta juzgar a los demás, pero creo que quienes estuvieron aquí antes que nosotros, nos marcaron el camino a seguir, y a pesar de los múltiples recodos que tiene nuestra singladura hasta que podamos reunirnos con ellos, no debemos olvidar quienes somos, de dónde venimos, ni todo aquello que aprendimos a su lado.

Honra merece quien a los suyos se parece…

Y para terminar un video del musical We Will Rock You para recordar a los que ya se marcharon:

jueves, 3 de mayo de 2012

La Trigésima Segunda


Me vais a perdonar por la opinión que voy a verter en estos momentos acerca de una de las aficiones, que junto con la literatura, me hacen la vida más llevadera: el futbol, y si afino un poco más aún, llegamos a mi equipo, el Real Madrid. Hace unos minutos, en el día de ayer, hoy ya es jueves, acaba de proclamarse Campeón de Liga, lo escribo con mayúsculas porque si no hay un buen libro sin ese personaje oscuro y ruin que es referencia del mal, tampoco hay un campeonato que se gane con prestigio si no hay un digno rival. Y no lo olvidemos, el rival del Real Madrid ha sido grande y aun así la Liga es nuestra.
No obstante, no deja de tener un regusto amargo después de la eliminación en las semifinales de la Champions League y, a pesar de que lo que cuente sean los números, los puntos en definitiva y como no, los títulos, para el Madrid y he aquí lo paradójico y grandioso de nuestro club, es más importante beber en la futura copa que tiene nombre propio, que la consecución de un campeonato más de Liga. Esa es la gloria del futbol y ese es el ADN de nuestro equipo. Desde que no es preciso ganar la Liga para jugar la copa de Europa, no lo olvidemos, el diez es mejor número que el treinta y dos, y por ello sólo hay un ordinal que nos satisfaga: LA DÉCIMA.