domingo, 20 de noviembre de 2011

Condenados a su Destino

Estaban condenados. Sus vestiduras de blanco inmaculado se habían mudado a oscuros colores: granate, añil… Habían caído en desgracia, a lo más profundo, al noveno círculo. La oscuridad completa les atenazaba, y cuando la cegadora luz de las llamas les alcanzaba, era para abrasarles completamente. El fuego inundaba sus entrañas y ellos mientras tanto, desgarraban sus gargantas en un aullido de terror.




Acababa de llegar directamente de donde el brillo y el lustre abrían todas las puertas, incluida la del infierno. Les buscó esquivando lenguas de fuego y ríos de ardiente y fluida lava. Aterrado pero resuelto, decidió que no quería pasar la eternidad en aquel inhóspito lugar, alejado de todo y próximo a la nada. Preguntó a poetas perdidos y abordó a oscuros demonios. No obtuvo respuestas. Perseverante, como siempre lo había sido, consiguió encontrar su tenebrosa morada, y de inmediato se puso al frente. Nadie discutió su carisma. Estaban de acuerdo: él los guiaría.

Al otro lado, el calor había perdido la batalla. Los elegidos habían abandonado el prístino blanco. Ahora se permitía cualquier color: amarillo, naranja, azul… Se encontraban apostados al abrigo de las humeantes piras y de los horripilantes sonidos que procedían del interior de la caverna. Sus legiones, vestidas con oscuros uniformes como el corazón de Hades, custodiaban el muro de las enormes puertas sólo útiles para descender. Eran los cruzados de la Federación.

Ellos lo sabían. Era cuestión de tiempo. Querían salir y nadie lo evitaría. Se habían unido. Tenían el mismo fin y su destino lo habían sellado con el fuego robado a Vulcano. Saldrían y en su terreno les derrotarían. Cumplirían su sueño. Ofrecerían el tributo a su diosa. Al ritmo de la plácida voz, saciaría su sed tras escanciar el néctar de sus chorros en una copa con nombre propio: la Décima.

Luis Castilla a partir de la hípótesis fantástica:
qué ocurriría si los huéspedes del Infierno se amotinasen


Escrito para los Cuentistas  del Rabal


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